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Castilla y León extenderá antes de final de año la cirugía robótica en operaciones de hígado y vesícula

Las intervenciones transorales y pediátricas han sido las últimas en incorporarse a la tecnología Da Vinci, que ronda las 900 desde que se estrenó en la primavera de 2018

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Peio García / ICAL Primeras intervenciones quirúrgicas realizadas con los robots ‘Da Vinci’ en el Hospital de León

 

Castilla y León extenderá antes de final de año la cirugía robótica en intervenciones hepatobiliares con la incorporación de los equipos quirúrgicos de los hospitales de León y Salamanca, tras la experiencia desarrollada en el Río Hortega de Valladolid, que suma 48 cirugías. Esta técnica engrosará la cartera de las intervenciones que se realizan con esta tecnología en el sistema público que en menos de dos años ronda las 900.

El objetivo de Sacyl pasa por asentar la cirugías con robot de forma paulatina en los cuatro centros que cuentan con el sistema Da Vinci, una tecnología de la que disponen pocos hospitales en España por ser muy cara, lo que convierte en significativo el hecho de que Castilla y León cuente con cuatro, repartidos en Burgos, Salamanca, León y Valladolid, tras una inversión de 7,3 millones de euros.

El refuerzo de la cirugía hepatobiliar seguirá los pasos de la transoral, una de las últimas en incorporarse, donde el robot Da Vinci se ha asentado porque permite mayor seguridad en operaciones faringolaríngeas, especialmente en el cáncer de orofaringe. Junto a esta cirugía, cuyo equipo puede estar constituido por otorrinolaringólogos y o cirujanos maxilofaciales y que se utiliza en el Río Hortega y en el de Burgos, otra de las que acaba de estrenarse ha sido la cirugía robótica pediátrica, que suma tres intervenciones en el HUBU.

En Castilla y León, la cirugía robótica arrancó como prestación en Castilla y León en los meses de mayo y junio de 2018, y por ella están apostando las especialidades y procesos en los que hay mayor evidencia científica de su superioridad frente a la cirugía laparoscópica. En concreto, se utiliza en urología, cirugía general y ginecología en los cuatro centros. Además, el de Salamanca ha apostado por la cirugía torácica, que fue la primera que estrenó el hospital en el primer trimestre de este año.

La robótica se está incorporando de forma progresiva e individualizada, dependiendo de la organización asistencial de cada centro y de sus equipos quirúrgicos, ya que los profesionales que integran los equipos deben recibir formación y contar con una acreditación específica. Por ejemplo, en cirugía general y digestivo se están creando distintos grupos de trabajo, como ocurre con la cirugía de colon, con dos secciones ya en el Complejo Asistencial de Salamanca, y que suma 117 operaciones con las realizadas también en los hospitales de Burgos y el Río Hortega. En este caso, los profesionales del Hospital de León están pendientes de formación.

La cirugía robótica comenzó en la Comunidad con la especialidad de urología, que suma 463 intervenciones entre los cuatro hospitales. Menos en el caso del de Burgos, que tiene uno, los demás cuentan con dos equipos quirúrgicos. En cirugía general, el Hospital de León es el único, de momento, en utilizar el robot para intervenciones esofagogástricas y ya suma diez.

Aunque no desplazará a la cirugía laparoscópica, ni a la cirugía en abierto, puesto que está demostrado que algunas no ofrece ventajas equiparables, la tendencia es que la cirugía robotizada aumente en aquellas especialidades donde está indicada. Entre las ventajas figuran que es una cirugía mínimamente invasiva para el paciente; ofrece mayor precisión; menor sangrado y menos posibilidades de infección, así como menor tiempo de ingreso por la más pronta recuperación de los pacientes.

 

Tecnología para operar soldados

Esta tecnología se creó a finales de los años 90 para operar a distancia a soldados de Estados Unidos en la Guerra del Golfo. Implica cambios radicales. Por ejemplo, en cirugía prostática, donde el paciente pasa de estar ingresado una semana a dos días; la cantidad de calmantes que necesita es menor y la recuperación más rápida.

La base de su éxito es la capacidad de repetir tareas con precisión y reproductibilidad. Con el robot, el cirujano opera sentado y maneja virtualmente unas pinzas; la visión es en tres dimensiones, con un aumento de hasta diez veces, y los movimientos de las manos del médico se traducen en impulsos que se transmiten a los brazos del robot y llegan a zonas de difícil acceso. Permite movimientos intuitivos, filtrado del temblor y mayor libertad al reproducir los movimientos de la muñeca humana.

Para utilizar el robot es necesaria formación teórica y práctica, que pasa por cursos online, visitas a hospitales que usan esta tecnología, así como formación que se realiza en Estrasburgo, donde se opera en cerdos para comprobar si el cirujano cuenta con la destreza para poder intervenir a un paciente. Para dar el salto al Da Vinci, el profesional debe contar con suficiente experiencia en cirugía laparoscópica, el paso previo.

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