Declarado BIC con categoría de zona arqueológica el eremitorio mozárabe de Cueva Andrés, en Quintanar de la Sierra (Burgos)

Con este paso se resuelve el expediente incoado en 1972

El Consejo de Gobierno aprobó hoy la declaración del eremitorio mozárabe de Cueva Andrés, en la localidad burgalesa de Quintanar de la Sierra, como Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica. Con esta declaración se resuelve el expediente incoado en 1972.

El yacimiento de Cueva Andrés se localiza en el área oriental del Alto Arlanza, a escasos metros del río Torralba, en un destacado afloramiento rocoso en el fondo de un estrecho valle. En la delimitación de la zona arqueológica se ha tenido en cuenta los restos estructurales conservados y su configuración como un complejo integrado por el eremitorio, una pequeña covacha que fuera residencia del eremita, el oratorio y la necrópolis rupestre.

Cueva Andrés se configura como un exponente del eremitismo hispano. Se trata de un eremitorio al que se le asocia una pequeña covacha que serviría de habitáculo o residencia al eremita, el oratorio y una necrópolis rupestre.

 

 

Un derrumbamiento parcial corta en sección la covacha que sirvió de habitación al eremita pero todavía se puede observar el trabajo de labra en el fondo de la cavidad. En el área de acceso a la covacha se encuentra una estructura tallada en la roca, un nicho u hornacina con doble arco de herradura, que ha sido interpretada como una estructura funeraria, o covacha sepulcral.

El elemento más destacado del conjunto es un arco de herradura en relieve que aparece sobre la pared del bloque oriental y que ocupa la mayor parte de la superficie disponible quedando suspendido. A media altura de las jambas corren dos acanaladuras paralelas horizontales, que sirven de base a la gran cruz, que preside el interior del vano.

Se trata de una cruz griega, patada y con astil, que se encuentra esculpida sobre la roca. La oquedad central, que se observa en la intersección de los brazos de aquella, refuerza la hipótesis de que una cruz metálica de similares características estuvo incrustada en este lugar. El arco de herradura que acogía la cruz metálica y el altar componían la cabecera del oratorio del eremita, un reducido aula rectangular, dentro del espacio protegido por la covacha.

El eremitorio cuenta además con varios enterramientos; en el promontorio oriental un pequeño abrigo acoge dos sepulturas y en la cima del promontorio occidental se encuentra una tumba de caja ovoide, de forma elíptica tipo bañera, con reborde pronunciado y canal de desagüe, testimonio de una actividad eremítica prolongada en el lugar.

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