‘El secreto del mago’ de Luis Alberto de Cuenca, ganador de la XXXIII edición del Premio de Poesía ‘Gil de Biedma’ de la Diputación de Segovia

El accésit es para el poemario ‘La agua incandescente’ de la valenciana Amalia Martínez Muñoz

El coordinador del Premio de Poesía ‘Gil de Biedma’, Juan Manuel de Prada, definió hoy a Luis Alberto de Cuenca, ganador con ‘El secreto del mago’ de la XXXIII edición de este galardón que convoca la Diputación de Segovia, como “uno de los más grandes poetas españoles vivos” y “la expresión evidente” de la calidad de los poemarios presentados. Por su parte, la profesora de la Universidad Politécnica de Valencia, Amalia Martínez, obtuvo el accésit con la obra ‘La aguja incandescente’.

El poeta leonés Antonio Colinas, compañero de generación del ganador del ‘Gil de Biedma’, destacó “la estética, madurez y la forma de hacer poesía”. Según Colinas, es un libro “polifónico, libérrimo y heterodoxo”, en el que “la cultura está muy presente, muy culto, pero a la vez, quiebra los tópicos culturalistas, en su poesía hay vida”. A la lectura del fallo, en el Salón del Plenos de la Diputación de Segovia, acudió el consejero de Cultura y Turismo de la Junta, Gonzalo Santonja, excoordinador del ‘Gil de Biedma’ y uno de sus grandes impulsores.

‘El secreto del mago’ de Luis Alberto de Cuenca obtiene un premio en metálico de 10.000 euros, que otorga la Diputación de Segovia para el poemario ganador. El poeta, a sus 72 años, suma un nuevo galardón a su extenso palmarés, tal y recordó Juan Manuel de Prada. De Cuenca es doctor en Filología Clásica y número de la Real Academia de Historia, así como Premio Nacional de Poesía, Premio de la Crítica y Premio de Traducción.

“Es uno de los poetas más ilustres de la Lengua Española”, resumió el coordinador del Premio ‘Gil de Biedma’, que está a “la par en méritos y calidad literaria” que Antonio Colinas, miembro del jurado y encargado del laudatio del ganador de este año. Según el escritor leonés, el poemario ‘El secreto del mago’ fue votado unánimemente por el jurado y desde el principio estuvo muy destacado entre los 13 que pasaron a la final.

“Un libro polifónico, con partes que a veces nos parecen dispares pero acorde con la idea de la poesía de este autor”, sostuvo, que ha elaborado un poemario “libérrimo, en el mejor sentido del término, en sintonía con una poética muy de él”. Colinas también subrayó los saltos en los temas, como va de Plinio el Viejo al Madrid actual. Al jurado le ha conquistado su “heterodoxia de libertad e independencia”, característica de esta generación, y “en este caso, muy señalado, esta fusión entre poesía y vida”, sin olvidar “un gran dominio de la forma”.

En cuanto a la finalistas, la ganadora del accésit, Amalia Martínez Muñoz, obtiene 3.000 euros, por su poemario ‘La aguja incandescente’. El coordinador del Premio ‘Gil de Biedma’ remarcó que se vuelven a dar la mano autores consagrados con poetas menos conocidos, como esta mujer cuya obra ha estado centrada en los géneros de la divulgación y el ensayo, como profesora de la Universidad Politécnica de Valencia. “Un nombre consagrado y una aspirante con una nutrida carrera en la academia y en género del ensayo”, resumió José Manuel de Prada.

El laudatio del accésit fue realizado por Raquel Lanseros, en nombre de sus compañeros del jurado, en el que destacó de ‘La aguja incandescente’, que tiene “una musicalidad certera”, para hablar del “inexorable paso del tiempo y lo efímero de nuestros días”, para reivindicar “la vulnerabilidad y pérdida de belleza del presente como única salvación”. Según Lanseros, esta obra habla del “carpe diem pero con una belleza casi fotográfica”, para citar un verso textual: “la eternidad está en nosotros, los fugaces”.

 

Momento para la reflexión

En su intervención, Juan Manuel de Prada hizo continuas alusiones al destacado descenso del número de poemarios presentados a esta XXXIII edición, que fue de 547 poemarios, frente a los cerca del millar. Un descenso sobre el que habrá que reflexionar aunque quiso dejar claro que esta circunstancia no ha tenido incidencia en la calidad. “Al contrario, la selección de libros era extraordinaria”, dijo, como muestra “la persona vencedora del premio, uno de los más grandes poetas españoles vivos”.

De Prada explicó que las publicaciones presentadas a esta edición “han sobrepujado en calidad a los de otras ediciones” y se “mantiene totalmente el pulso” para el prestigio del Premio de Poesía ‘Gil de Biedma’. El coordinador pidió una reflexión y será algo “a considerar” el importante descenso de obras de procedencia de poetas hispanoamericanos, al ganar protagonismo en la bases la presentación de los trabajos por vía telemática.

En el otro lado de la balanza, que es premio cada vez es “más conocido y atrae a poetas más relevantes a participar”, como “expresión evidente el ganador de este año”, Luis Alberto de Cuenca. La coordinación del premio anunció reformas, “sin perder la esencia”, que se introducirán y se plasmarán de cara a la próxima edición. “Evidentemente tenemos que reflexionar sobre algunas de las condiciones puestas al premio”, dijo Juan Manuel de Prada.

El presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente, agradeció y destacó la presencia del consejero de Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja, como excoordinador del Premio ‘Gil de Biedma’, así como el expresidente de la Diputación de Segovia y actual vicepresidente primero de las Cortes Regionales, Francisco Vázquez. Además, de glosar a los integrantes de este “consejo de sabios”, que es el jurado del ‘Gil de Biedma’, con la presencia del veterano Luis María Ansón.

También asistieron la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, y el alcalde de Nava de la Asunción, Juan José Maroto, y una amplia representación de la corporación provincial. Un fallo del jurado con un momento emotivo, la despedida del secretario del Premio ‘Gil de Biedma’ y técnico del Departamento de Cultura, Emilio Lázaro.

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