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Los valores medios subieron 2,3 grados

El verano en Castilla y León se ha caracterizado por temperaturas “extraordinariamente” altas

El periodo ha sido muy seco, con una precipitación media de 47 litros por metro cuadrado, lo que supone un déficit pluviométrico en torno al 40%

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El verano en Castilla y León, que concluye el próximo viernes, se ha caracterizado por unas temperaturas “extraordinariamente altas”, que han superado muchos registros históricos, tanto en valores diarios como mensuales. De manera global, se posiciona como el verano más cálido desde que se dispone de información después de que la temperatura media se situara en 2,3 grados centígrados por encima de su promedio.

Con motivo de la presentación del balance climático e hídrico del verano de 2022 y los datos de la predicción meteorológica para el otoño en la Comunidad, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aseguró hoy en Burgos que se han batido récords en cuanto a temperaturas y ha sido un verano con muy pocas precipitaciones y, por ende, poca humedad ambiental. Además, destacó que hubo rachas de viento fuertes y muy cambiantes y se han registrado un número inusual de días de tormenta, aunque el número de rayos ha sido inferior al de otros años.

Barcones destacó que los valores registrados de temperaturas medias en el trimestre junio-agosto del 2022 son de carácter “extraordinariamente” superior a lo normal en la mayor parte de la Comunidad. “Sólo en zonas del Noreste el balance llega a quedarse en muy cálido. La temperatura media, a nivel global, se ha situado en 2,3 grados centígrados por encima de su promedio lo que hace de este periodo el más cálido desde que disponemos de registros”, señaló.

Igualmente, indicó que tanto los valores diurnos como los nocturnos son efemérides del trimestre, pero son más relevantes los que corresponden a las temperaturas máximas, con una anomalía positiva de 2,9 grados centígrados. Estas temperaturas máximas estuvieron muy cerca de los 40 grados de media en Castilla y León entre el 13 y el 20 de julio, días en los que las mínimas se acercaron y llegaron a superar de media los 20 grados.

Las medias de las temperaturas entre 1981 y 2010 en la Comunidad fueron de 20,1 grados centígrados mientras que este año ha sido de 22,9. En Burgos, la media de las tres décadas señaladas fue de 18,5 grados cuando este año ha sido de 20,9. Esta provincia ha registrado, junto con Salamanca, la menor diferencia de temperaturas en la comparativa siendo Ávila y Soria donde más subieron.

Los 20,9 grados de media registrados entre junio y agosto en Burgos es el segundo máximo desde que hay registros puesto que el verano de 2003 fue todavía más caluroso, con 21,8 grados. Es la única provincia de Castilla y León que no ha batido su récord de temperaturas.

La temperatura más alta registrada en la Comunidad fue de 45,4 grados centígrados el 14 de julio en Candeleda (Ávila) y la mínima más alta corresponde a Otero de Herreros (Segovia) con un valor de 28,0 grados centígrados en la madrugada del día 17 de julio. En Burgos, el día más caluroso en el observatorio de Burgos-Villafría fue el 18 de julio, con 38,7 grados centígrados.

El mes de julio de 2022 es, con carácter global, el más cálido de toda la serie histórica, seguido por el mes de agosto de este año y el de agosto de 2003.

A nivel pluviométrico, la delegada del Gobierno informó que el balance es negativo, aunque con diferencias entre el noroeste, donde ha sido normal, y el sureste, donde ha sido muy seco e incluso, en zonas del sureste de Ávila, extremadamente seco. En general el periodo es muy seco, con una precipitación media de 47 litros por metro cuadrado, lo que supone un déficit pluviométrico en torno al 40 por ciento. La mayor parte de las precipitaciones se registraron en los meses de junio y agosto. Además, algunas de las precipitaciones de este trimestre se han registrado de manera intensa, con tormenta, y, ocasionalmente, acompañadas de granizo y con rachas máximas de viento de carácter fuerte.

“Si en Castilla y León las precipitaciones acumuladas de media en verano entre 1981 y 2010 han sido de 71 litros por metro cuadrado, en 2022 han sido de 38. En Burgos, en las tres décadas que marcamos como referencia las lluvias alcanzaron los 87 litros por metro cuadrado mientras que en 2022 han sido 30, es decir, 57 litros por metro cuadrado menos”, añadió Barcones.

 

Otoño cálido y seco

Por su parte, el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología, Manuel Mora, avanzó que lo más probable es que el otoño en Castilla y León sea cálido y seco. Además, indicó que a partir de este viernes un frente frío atravesará la Comunidad, con precipitaciones menos probables en el suroeste. Tras el paso del frente se producirá una bajada notable de temperaturas con flujo del norte.

Barcones valoró la importancia del trabajo de la Aemet, cuyas predicciones son tan importantes en la vida cotidiana y que son el resultado de un trabajo bien hecho por muchas personas y muchos medios materiales. “Lo hemos podido comprobar durante los pavorosos incendios forestales que hemos sufrido este verano en Castilla y León. Los boletines zonales de la Aemet siempre han sido fiables y certeros y son herramienta para la toma de decisiones sobre cómo acometer la extinción de las llamas”, precisó.

La delegada del Gobierno aprovechó su comparecencia para incidir en que es un “hecho constatado” que las emisiones de gases de efecto invernadero están provocando un aumento global de las temperaturas. En España, ese calentamiento se estima en alrededor de 1,4 grados desde los años 50 del siglo XX. Aunque la variabilidad espacial y temporal en lo que a lluvias se refiere es muy grande, en el conjunto del país las precipitaciones han disminuido alrededor de un 12 por ciento en el mismo período.

A su juicio, ese “claro” incremento de las temperaturas y ligera disminución de las lluvias se ha traducido en una extensión en el país de los climas áridos. Se estima que, desde mediados del siglo XX, los climas de tipo árido han duplicado su extensión en España, avanzando a un ritmo de más de 1.500 km² al año y esto significa que, cada cinco años, una extensión equivalente a la de la provincia de Palencia adquiere un clima árido en nuestro país, en detrimento de los climas templados.

 

Nuevo radar en Salamanca

Por último, la delegada del Gobierno avanzó que de las actuaciones previstas por la Aemet en Castilla y León, procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, Plan España Puede, van a significar un impulso enorme en la transformación digital de los procesos de la agencia estatal y que también van a suponer una importante inversión económica para Castilla y León de más de 7 millones de euros. Se trata de la instalación de un nuevo radar de Banca C con tecnología de polarización dual en el helipuerto de Guadramiro (Salamanca), que mejorará notablemente la cobertura actual de la red de radares, con una inversión de 4 millones de euros, que abarca la infraestructura más el equipo radar.

Barcones señaló que este radar mejorará la cobertura nacional un 16 por ciento y dará también cobertura a zonas de Portugal, lo que supone un ejemplo de colaboración internacional en protección de vidas y bienes. Tras la redacción del proyecto y la ejecución de la infraestructura, la previsión es que el radar entre en funcionamiento en marzo de 2025.

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