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Francisco Prieto, gerente de Zamora10: “Ha sido muy difícil convencer de que no teníamos ningún interés oculto”

El gerente de la Asociación para el Desarrollo analiza el trabajo desarrollado durante más de cuatro años para intentar impulsar la economía de la provincia

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Francisco Prieto (Zamora, 1959) es la cara más visible de Zamora10, una asociación para el desarrollo gestada hace más de cuatro años desde la iniciativa empresarial privada para contribuir a revertir la delicada situación de la provincia, marcada por algunos de los peores indicadores socioeconómicos de España. Estuvo vinculado durante más de tres décadas al transporte, la logística y las infraestructuras. Desempeñó el cargo de director de operaciones de empresas internacionales punteras del sector y, entre otras responsabilidades, fue director técnico de CyLOG. Sus conocimientos y habilidades profesionales rivalizan con su capacidad para negociar y su don de gentes.

 

¿Entró de forma desapasionada en un proyecto pasional y ambicioso?

Entré en Zamora10 sin saber cuál iba a ser el rumbo exactamente pero me vinculé enseguida al proyecto, que desprendía ilusión y esperanza por todas partes.

 

¿La ha restado potencia en este caso ser zamorano e involucrarse personalmente en el trabajo?

En absoluto. Todo lo contrario. Me ha dado una perspectiva excelente porque venía sin estar condicionado ni contaminado sobre lo que había en Zamora. Según esa capacidad y mi experiencia en gestión, me ha permitido absorber y escuchar con atención y detenimiento a todas las personas que han colaborado con nosotros. Este proyecto no tenía precedentes en Zamora. Tuvo un enfoque basado en la participación de los zamoranos y en proyectos concretos, no en meras buenas ideas. En Zamora10 trabajamos todos juntos y esa forma de unir esfuerzos y de aunar talentos para los mismos objetivos no se había hecho en Zamora hasta el momento.

 

¿Qué balance hace del trabajo de estos cuatro años y medio?

Si me dejo llevar por mi deformación profesional y veo las cosas desde un punto de vista eminentemente pragmático, podríamos pensar que ha habido demasiado esfuerzo para poco resultado pero tengo que considerar la realidad. Tal y como estaba Zamora, es una iniciativa muy novedosa en el que el principio básico era implicar a las administraciones, las organizaciones y la propia ciudadanía. Desde ese punto de vista, el resultado es bueno. Además de haber conseguido materializar algunos proyectos, hemos logrado poner encima de la mesa el debate de que se pueden hacer muchas cosas, levantar el ánimo y la esperanza de muchos zamoranos y actuar según la premisa de que el objetivo final está por encima de los objetivos individuales. La gente que entra en la oficina de Zamora10 que me para por la calle me transmite la ilusión y el agradecimiento por intentar devolver la esperanza y la iniciativa de trabajar a tope por Zamora, con todo lo difícil que es trabajar en Zamora.

 

Menuda frase.

Es que es una realidad. Hago en voz alta una reflexión mía, particular, de Paco Prieto. Zamora no es muy diferente a otras ciudades pero tiene dos situaciones que la hacen singular. Por un lado, el tamaño, la dimensión. En cualquier otra ciudad, es muy difícil que se mezcle todo como se mezcla en Zamora. Zamora, al ser tan pequeña, al ser los que estamos a pocos y coincidir en muchos ámbitos, todo se entremezcla y lo hace mucho más difícil.

 

JL Leal / ICAL. Francisco Prieto gerente de Zamora 10

 

¿Qué ha sido más difícil? ¿Aunar esfuerzos de empresas y administraciones o evitar palos en las ruedas?

Un poco de todo. Primero, ha sido muy difícil convencer de que no teníamos ningún interés oculto. Desde el principio, había dos teorías sobre Zamora10: una, que éramos un partido encubierto -que luego se demostró, evidentemente, que no- y otra, -que esa sí que es una frase muy zamorana- de que ‘algo estarán buscando estos para crear Zamora10’. Entonces, invertimos dos años en convencer de que ninguna de esas dos supuestas explicaciones tenía sentido. Las cinco organizaciones que forman Zamora10, es decir, Caja Rural, la Cámara de Comercio, la CEOE, Azehos y Azeco, no tienen ningún interés personal ni individual en nada. Lo único que tienen, o tuvieron en 2017, es el convencimiento de que o se hacía algo o Zamora iba a desaparecer. Y de ese convencimiento salió que había que dar un paso adelante y que no valía solo con pedir a una administración que lo hiciera. Nos tenemos que poner a su lado y hacerlo juntos. Explicar eso, que es tan corto de decir, es lo que más nos ha costado. Y nos ha costado mucho explicarlo dentro y fuera; es decir, no solo a los que colaboran, sino también internamente.

 

¿La Escuela Internacional de Industrias Lácteas fue la punta de lanza?

Sí. La Eilza fue el primer proyecto que salió de Zamora10 cuando, sobre el papel, iba a ser el más difícil porque la Fundación Eilza suponía juntar a un grupo importante de empresarios del sector agroalimentario pero muy transversales, ya que hay sector ganadero, transformación, producción, tecnológico y administraciones. Fue juntarlos para crear una fundación privada y cubrir un hueco que todo el mundo decía que a necesario, que era la formación especializada. Tardamos mucho tiempo en definir cuál sería el modelo y en aunar, pero la verdad es que, una vez que dimos el primer paso luego ha ido todo muy rápido. Hoy día, la Fundación Eilza, que tiene 46 patronos, pese a los dos años de pandemia que, evidentemente, como a todos los demás sectores, ha lastrado mucho, tiene su propio desarrollo y estructura. Cuenta con un gerente, tiene un grupo de profesores y una cátedra de formación importante. Ha sido la punta de lanza pero, sobre todo, el ejemplo de que se pueden hacer las cosas. Recuerdo que, cuando estábamos en plena fase de definición de la Eilza, había gente que decía que eso no podía salir de Zamora, que era imposible, que íbamos a fracasar, que en Zamora no íbamos a conseguir poner de acuerdo a los 36 patronos fundadores de Eilza y que, por supuesto, económicamente no iba a ser viable. Bueno, pues ahí está.

 

Junto a la Eilza, ¿el mayor logro ha sido impulsar la Marca Zamora?

Hay logros que son más materiales y otros que son más simbólicos. Para nosotros, un proyecto simbólico muy importante, por el carácter que tiene, fue la marca Zamora. Tenía que haber salido el primer proyecto porque era el más fácil, tanto por el esfuerzo económico, que era mínimo, como por su desarrollo, pero fue un proyecto en el que yo creo que determinadas personas y determinadas organizaciones marcaron el pie en pared para evitar que saliera y se opusieron de una manera frontal. Marcas en Zamora se han intentado hacer muchas veces. Cada administración imponía la suya y nosotros siempre decíamos que una marca impuesta no tiene recorrido porque va a durar lo mismo que dure la administración que la ha puesto. Y una marca común se puede hacer. Entonces, la marca era lo más fácil pero fue lo más difícil. Ahora, ya tenemos la marca, pensada para que los de fuera nos reconozcan, que fue otro de los impedimentos que hemos tenido que explicar mil veces: no es una marca para los zamoranos sino para fuera. Es una satisfacción oír al Ayuntamiento y a la Diputación Provincial reconocer que con la marca es muy bien recibida cuando van a eventos turísticos y culturales. Ese es un salto cualitativo muy importante. Además, ese salto nos permitió traer a Zamora a Luis Bassat y a su equipo, un grupo de grandes diseñadores, que nos ofrecieron su colaboración y que nos han ayudado a poner un poco Zamora más a la vista de todo el mundo.

 

¿Qué otros proyectos destaca?

Está Fromago, un proyecto que también costó mucho diseñar, hasta que la Diputación dio el paso de asumirlo como propio y lo tenemos ya, para septiembre de 2022. Va a ser un encuentro mundial del queso tremendo, muy potente, con un diseño de continuidad. Se trata de dejar hecho en Zamora un evento cada dos años en estrecha colaboración con el Salón Ovinnova que permita poner a Zamora en el mundo del ovino y del sector lácteo quesero. Cuando empezamos a trabajar en ese proyecto, los profesionales, los empresarios del sector agroalimentario nos dibujaron cuatro patas de ese proyecto. Una era la Fundación, para cubrir todo el tema de formación; otra, era el Salón Ovinnova, para cubrir una parte de tecnología; otra, Fromago y la cuarta que, por suerte, también la Diputación y la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Agricultura, han dado el primer paso, que es el Centro de Innovación del Ovino. Esas cuatro patas trabajando en conjunto, como ya están, serán fundamentales para posicionar a Zamora desde un punto de vista agroalimentario, tecnológico, industrial y de visión.

 

¿Qué nivel de esperanza se puede tener con el proyecto de ubicar una unidad militar en Monte la Reina?

Nosotros pensamos que es un proyecto ya en marcha, que no tiene marcha atrás, una vez que el Ministerio de Defensa lo ha declarado de interés para la defensa nacional. Todos los tramites llevan tiempo pero pensamos que lo que tendríamos que hacer todos ahora es trabajar para ver de qué manera hacemos atractiva Zamora para que esos 1.500 o 2.000 militares que vengan vivan en Zamora y evitar que Zamora se convierta únicamente en su lugar de trabajo.

 

¿Qué proyectos hay en perspectiva?

Otro proyecto importante ha sido todo lo relacionado con el español para extranjeros. Era muy atractivo y la pandemia nos ha paralizado pero esperemos que sea solo temporalmente, y todo lo relacionado con el turismo, en el que conseguimos hacer ver la importancia de trabajar juntos, unir recursos y unir talentos. Eso se ha conseguido: Ayuntamiento y Diputación llevan ya casi dos años yendo a todos los eventos de forma conjunta. Eso también ha sido un tema muy importante.

 

¿El fin de Zamora10 es dejar de ser necesaria?

No es el fin pero sería un objetivo conseguido. El día que Zamora revierta esta situación en la que estamos y tenga un tirón económico y social, no hará falta. A lo mejor hará falta otra cosa pero ya no Zamora10. El futuro lo decidirán los propios zamoranos. Cuando nosotros convocamos las reuniones de los grupos de trabajo, mientras los grupos de trabajo sigan viniendo, mientras esos cerca de 300 zamoranos que son los que realmente le están dando alma a Zamora 10 le están dando fuerza y nos están trayendo su talento y su colaboración, Zamora10 seguirá existiendo.

 

¿Cómo va de disensiones internas un grupo tan heterogéneo?

Los diferentes puntos de vista siempre son sanos porque nos ayuda a todos a cuestionar las decisiones y a buscar la mejor decisión. Entonces, hay un punto en el cual el debate no es que sea bueno, es que, además, es necesario. Cuando hablábamos con las administraciones, con algunas que se quejaban de que poníamos todo en cuestión, le decíamos que no es malo debatir. Luego llegaremos a una conclusión que será por consenso pero vamos a debatir todo. Cuando estas cinco organizaciones diseñan y ponen en marcha Zamora10, la asociación nace con un horizonte máximo de cinco o seis años porque se entiende que tendríamos que ser capaces, en ese período, de dar un impulso y que la propia dinámica y la propia inercia incierta que funcionara solo. Entonces, siempre hemos dicho que Zamora10 tiene un carácter temporal y que esa duración viene dada por la utilidad que seamos para Zamora y eso nos lo dicen los zamoranos y también nos lo dicen las administraciones. Hay que mejorar Zamora en muchos sentidos y, en cuanto haya uno que reme en contra o que se deje arrastrar, esto no lo arreglamos. Es un trabajo a de todos que no va a ser rápido. Debemos ser constantes, pacientes y trabajar.

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