La Audiencia Provincial de Valladolid confirma la condena a 12 años y 9 meses de cárcel a un hombre por cuatro asaltos con violencia

La Audiencia Provincia de Valladolid ha confirmado la condena de 12 años y 9 meses de cárcel impuesta por el Juzgado de lo Penal número tres para una hombre acusado de cometer cuatro asaltos con violencia entre abril y agosto del pasado año. En un sentencia, dictada el pasado día 20 por la Sección Segunda, se desestima el recurso de apelación interpuesto por la defensa del acusado y se comunica la posibilidad de presentar recurso ante el Tribunal Supremo.

El primero de los hechos por los que se condena al acusado tuvo lugar el 8 de abril del pasado año, cuando alrededor de las 4,30 horas y en compañía de una persona no identificada, abordó por sorpresa a un vendedor de cupones de la ONCE cuando éste se dirigía a su trabajo en bicicleta a la altura del Paseo del Cauce. Al negarse a entregarle el dinero que llevaba, la víctima, recibió un puñetazo que le hizo caer al suelo, donde recibió más golpes y patadas, y al mantener su negativa, el acusado esgrimió una pistola simulada consiguiendo vencer la resistencia de su víctima, apoderándose de 900 euros en efectivo procedentes de la recaudación de su trabajo.

Después, el 22 de julio, en el cruce entre las calles Lepanto y San Quintín, el condenado abordó sobre la 1 de madrugada a un comerciante que acaba de cerrar su establecimiento. Tras ponerle un cuchillo de grandes dimensiones en el cuello, le exigió la entrega del dinero y el teléfono móvil, lográndose apoderar de 300 euros en metálico de un celular valorado en 250 euros.

Dos horas y media más tarde, en la calle Portillo del Prado, el condenado asaltó a otra persona. La acorraló contra un escaparate y la pidió el móvil y la cartera, a la vez que le propinó un puñetazo. La víctima reaccionó devolviendo el golpe, ante lo que el acusado le propinó varios puñetazos y patadas hasta que logró quitarle el teléfono móvil por la fuerza. En ese momento, una persona que acompañaba al condenado, le dijo que parara y lanzó el teléfono hacia un jardín cercano.

El último de los asaltos por los que ha sido condenado se produjo el 6 de agosto, sobre las 4 horas en la calle Ramón y Cajal. Su víctima fue una persona que se dirigía a su trabajo, a la que propinó un puñetazo por detrás a la altura del pómulo que la hizo caer al suelo, donde continuó golpeándola con puños y patadas en la cabeza y diferentes partes del cuerpo, apoderándose de su teléfono móvil valorado en 120 euros.

En la sentencia del Juzgado de lo Penal también se considera que aunque el condenado es consumidor de estupefacientes, “no se ha acreditado que tal consumo merme sus capacidades intelectivas ni volitivas ni que exista una patología psiquiátrica que altere, disminuya o elimine las bases psicobiológicas de la imputabilidad”.