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La Guardia Civil durante el Estado de Alarma

Con una “predisposición increíble” y una “respuesta extraordinaria”, la Guardia Civil hace honor a su espíritu benemérito “potenciando la proximidad con los ciudadanos”

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Llegan las 20 horas. Los ciudadanos salen a sus balcones y ventanas y comienzan a aplaudir. Las palmas inundan el silencio que impera desde hace meses en las calles para reconocer a los sanitarios que día a día luchan en primera línea de guerra contra el enemigo silencioso, pero también por la Guardia Civil, uno de los escudos que protege a la población del dañino virus.

Sin embargo, después de los sanitarios, son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado quienes miran día a día a los ojos a ese desconocido llamado Covid-19. Este es el caso de la Guardia Civil, que cobra especial relevancia en provincias como la de León, donde debido a su extensa superficie rural, sacan a pasear su espíritu más benemérito y destina “casi todo el potencial de servicio” a la lucha contra el virus.

En pleno control de vehículos, una agente de Santa María del Páramo explica que los controles que hacen día a día son para identificar a los conductores y saber hacia dónde van, lo que le permite asegurar que “en esta zona, aunque alguno se sale de la norma, cumplen por norma general con establecido y nos trata muy bien”.

Esta es una de las principales labores que desarrolla la Guardia Civil en la provincia de León durante la pandemia del coronavirus, “asegurar el cumplimiento de las medidas de restricción”. Están en las carreteras, deben asegurarse de que todos y cada uno de los vehículos que circulan lo hacen por causas justificadas y no para burlar el Real Decreto del Estado de Alarma. Y, por suerte, trasladan que “la gente está cumpliendo bastante bien aunque todos los días nos estamos encontrando con personas que son insolidarias y no cumplen”, según asegura el teniente portavoz de la Comandancia de León, Pablo de la Riva.

Las razones de estos incumplimientos, señala el teniente, son muy diversas. “Hay gente que va a cazar, a recoger setas o a pescar y luego tienen excusas muy diversas, aunque se alejan mucho de sus municipios sin razón ninguna, pero en el fondo saben que está mal lo que están haciendo”. De entre todos ellos, “los más llamativos son aquellos que, sabiendo la situación en la que estamos, salen a cazar sabiendo que no se pueden alejar de sus domicilios o a pescar y te los encuentras con sus truchas recién pescadas como si no pasara nada”, siempre teniendo en cuenta que “si alguien delinquía antes del Estado de Alarma, durante el confinamiento seguramente lo siga haciendo”.

Una situación excepcional la vivieron en Valle de la Valduerna, donde el teniente recuerda junto a algunos agentes cómo “aunque no duró mucho tiempo, hubo que aislar a todo un pueblo y no sabías hasta dónde podía afectar”. También lo fue la vivida en la zona de Ponferrada, donde “hubo una disputa entre vecinos y uno de ellos intentó rociar con gasolina a otra, resistiéndose además a la detención y causando también problemas luego en el hospital”.

 

 

Sin embargo, con el paso del tiempo desde que empezó el confinamiento, el pasado 13 de marzo, De la Riva reconoce “la gente se ha ido adaptando a la situación”, pero espera que “en esta situación intermedia, a medida que todo avance en función de cómo vaya la epidemia, la gente se sepa adaptar a las nuevas situaciones y a convivir de una manera diferente”.

El primer paso para esta adaptación se produjo el pasado domingo, 27 de abril. En este sentido, el teniente tranquiliza a los leoneses, ya que “no se han detectado grandes problemas ni aglomeraciones de gente o de niños en ningún momento”, aunque “es verdad que en momentos puntuales se ve más gente, pero todos necesitamos ver cómo funciona todo y que la gente se acostumbre, por lo que nos aseguramos de que se estén cumpliendo las medidas, pero primeramente informamos”.

León parece que lo está haciendo bien. Así, Pablo de la Riva apunta que, en cuanto a la circulación de vehículos, la Guardia Civil no detecta más desplazamientos durante los fines de semana, pero “como en todos los casos, siempre hay gente que incumple”. Para ello, la Guardia Civil potencia los controles en vías secundarias y generales “por la restricción de movimientos a los pueblos o interprovincial, para que nadie se vea tentado a ir a la playa”.

 

Espíritu benemértito

Pero no todo se queda en hacer cumplir la ley. La situación causada por el Covid-19 ha hecho que salga a la luz una de las facetas menos conocidas de la Guardia Civil y en la que reside el auténtico espíritu benemérito. Una de nuestras principales tareas que lleva a cabo es visitar con cierta frecuencia las residencias de ancianos de la provincia, tal y como detalla el teniente portavoz. “Nos preocupamos de si necesitan material y del estado propio de los ancianos que viven en ellas, de manera que si necesitan cualquier cosa hacemos las gestiones necesarias para facilitársela, e incluso por los trabajadores, porque hay residencias en las que se han confinado dentro de ellas los trabajadores”.

También se ocupan de las personas mayores que viven en pueblos y que tienen menos posibilidades para obtener medicamentos o alimentos. En estos casos, cuando son requeridos por ancianos que se encuentran solos en sus hogares, los agentes “facilitan los medicamentos, algún alimento o incluso van a sacar dinero al banco si lo necesitan o nos ponemos en contacto con gente que lo pueda hacer en la medida en que sea posible”. Pero también dan un paso más, de manera que “conscientes de que también necesitan compañía”, hacen visitas a domicilio “para hablar con las personas, que a veces es lo único que necesitan”.

 

 

El teniente Pablo de la Riva es consciente de que “con esta situación de emergencia ha salido el espíritu benemérito que tiene la Guardia Civil que, además de hacer cumplir las restricciones en carreteras, también tiene un sentido benemérito de ayudar y estar más cercana a quienes lo necesitan, potenciándose la proximidad con la gente y haciendo más estrecha la relación entre la población y los agentes”.

“Nuestra misión es facilitar todo para los servicios esenciales”, afirma Pablo de la Riva. Por ello, la Guardia Civil también está informada de la realización de test rápidos de coronavirus, para lo que se ponen a disposición de la ambulancia o centro médico “para lo que necesiten, ya sea establecer una circulación especial, un área de seguridad o evitar que se acumule la gente que acude a hacérselos y genere una aglomeración”.

Incluso para la educación es necesaria en la provincia de León la tarea de la benemérita. Varios son los niños que sonríen desde sus casas a los agentes cuando les pican al timbre. Tienen que seguir con sus tareas del colegio y se han dejado algún material necesario en las aulas. Para facilitar que puedan seguir con su aprendizaje desde casa, la Guardia Civil es la encargada de llevar puerta a puerta, a aquellos niños cuyos padres no pueden desplazarse a la localidad en la que se encuentra el colegio de sus hijos, el material escolar que necesitan y que tenían en sus clases.

 

Amenaza biológica

La Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia es la encargada de apoyar a todas las unidades y, dentro de todas sus funciones, una de ellas es la intervención en escenarios en RBQ, es decir, de riesgo Radiológico, Bactereológico y Químico, por lo que en el caso del Covid-19 cuenta con un protocolo específico para actuar en caso de cualquier tipo de incidencia dentro de la Comandancia de León.

Esta Unidad de Comandancia en RBQ cuenta con material específico para amenazas biológicas, como la que se sufre actualmente, entre el que se encuentran trajes adaptados al nivel de intervención y la carga vírica de los escenarios y material adaptado también para la descontaminación de escenarios. Los miembros de la Unidad tienen disponibilidad 24 horas para cualquier incidencia que se produzca en la Comandancia, especialmente “si hay personal sintomático confirmado de Covid-19 dentro de cualquier incidencia a la que acude la Guardia Civil, ya sea un tema delictivo, un auxilio, una inspección ocular o lo que fuera”.

Así, durante esta crisis sanitaria, el teniente portavoz de la Comandancia recuerda que esta Unidad tuvo que intervenir en Santa María del Páramo ante un indigente sintomático que se negaba a ingresar en el hospital, así como en la realización de una inspección ocular en la vivienda de una persona fallecida que se desconocía si estaba o no contagiada, de igual forma que acudieron al cierre de Valle de Valduerna ante en elevado número de positivos de la localidad.

“Yo particularmente no tengo miedo a contagiarme, tengo más riesgo en la calle que trabajando”, afirma uno de los agentes de esta Unidad, que vive la situación con la máxima tranquilidad posible y reconoce que se trata de “un tema que aunque no lo tratemos muy a menudo sabemos bien a qué nos enfrentamos y con lo que nos encontramos, lo que nos hace estar más tranquilos, porque con los equipos, si se siguen bien las instrucciones y los pasos que se tienen que seguir, no tiene por qué pasar nada”.

 

 

Respuesta extraordinaria

Un total de 1.011. Esos son los agentes del cuerpo contagiados por el coronavirus en España desde que comenzara la crisis sanitaria, de los que ocho de ellos fallecieron como consecuencia del virus, según los datos aportados ayer por la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, durante la celebración de un pleno extraordinario del Consejo de la Guardia Civil.

Están en las calles y ahí el riesgo del contagio siempre acecha. Sin embargo, según relata el teniente De la Riva, “los agentes han respondido de una manera extraordinaria, porque en nuestro trabajo normal siempre estamos expuestos a riesgos, solo que este es un riesgo diferente que hace que los mecanismos de actuación cambien y nosotros nos tengamos que adaptar”.

Orgulloso, Pablo de la Riva define como “increíble” la predisposición que han mostrado los agentes, que “hacen todo lo que no esté escrito en nuestro servicio pero que queremos hacer”, en un momento en el que “si algo hace falta es que arrimemos el hombro todos”.

En la Comandancia de León “ha habido algún caso, no muchos porque siempre hemos tenido el potencial de servicio, pero a día de hoy muchos ya están recuperados y bastantes hasta se han podido reincorporar ya”, sostiene De la Riva, quien celebra que “afortunadamente no ha habido ningún fallecimiento en la provincia”.

“Por glorificar el nombre que el gran Ahumada te diera, con tu sangre noble y fiera, has bordado tu blasón. Vigor, firmeza y constancia, valor en pos de la gloria, amor, lealtad y arrogancia, ideales tuyos son”, reza el himno de la Guardia Civil. Hoy, 176 años después de su nacimiento, el cuerpo muestra su versión más humana y arrima el hombro día a día en esta lucha contra el coronavirus sacando a relucir su característico espíritu benemérito que, según la Real Academia Española, significa “digno de galardón”.

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