La Semana Santa estará marcada por la inestabilidad propia de finales de marzo

La Aemet recuerda que en solo dos años de los últimos 43 no hubo precipitaciones en 10 días consecutivos durante la primavera

La próxima Semana Santa, que se prolongará del 22 al 31 de marzo, estará marcada por la inestabilidad propia de finales de un mes del inicio de la primavera, con posibles chubascos aunque también puede haber un bloqueo anticiclónico sobre la Península para frenar las borrascas.

El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Manuel Mora, aseguró hoy que, a falta de más de diez días para la celebración religiosa, no existen pronósticos fiables, aunque recordó que “lo mejor” es consultar los registros meteorológicos de los últimos 43 años durante la primavera y comprobar que en solo dos años hubo diez días consecutivos sin ninguna precipitación.

Lo que está más claro es que la primavera (abril, mayo y junio) en la Comunidad será cálida, con temperaturas superiores a los valores de referencia, al igual que ha ocurrido durante el invierno, con un registro medio de 5,8 grados, que ha supuesto una anomalía de 1,6 grados por encima de la media del periodo entre 1991 y 2020.

Mora apostó por la prudencia y esperar a mediados de la próxima semana para tener un pronóstico “fiable” y de “calidad” para Semana Santa porque la situación fluctúa mucho y es muy cambiante “día a día”. No en vano, reconoció que es posible que sea la predicción más importante del año que hace la Aemet y afecta a las cofradías que procesionan en la Pasión de Cristo y los sectores del turismo u hostelería.

Un estudio climatológico de la Aemet destaca que solo el 4,7 por ciento de los 43 años analizados en los observatorios de Burgos y Salamanca no hubo precipitaciones ningún día. Un porcentaje que aumenta al nueve por ciento en los casos de Soria y Valladolid. Les siguen Segovia (once por ciento), Ávila (12 por ciento), León y Zamora (16 por ciento, en cada caso) mientras que cierra la lista Palencia, con el 30 por ciento.

El delegado de la Aemet señaló, según recogió la Agencia Ical, que la primavera se caracteriza por el fenómeno meteorológico de la convección, al coincidir el aire en altura y cálido en la superficie, por lo que se producen movimientos del aire ascendentes, que dan lugar a nubosidad y chubascos y tormentas. “Este tipo de predicción de chubascos es muy irregular y de corta duración, por lo que es más difícil pronosticar si va llover o no en un lugar y una hora muy concreta”, explicó.

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