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Lechazo churro, 30 minutos y a la mesa

La marca Lechazo Asado Premium, de la mano del Cetece y Gastro Espacio del Ovino, ofrece un producto palentino de alta calidad cocinado a baja temperatura y con una vida útil de cinco meses

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Brágimo / ICAL . El fundador de la empresa, Daniel López con un cuarto de lechazo asado a baja temperatura que se elabora en el GEO (Gastroespacio Cultural del Ovino)

 

David Herrero / ICAL
Producto de calidad y de la tierra. Apuesta por el kilómetro cero y las tradiciones palentinas para potenciar la economía circular. Lechazo Asado Premium, a partir de una solución a baja temperatura, con el agua y la sal como únicos ingredientes, posiciona a este producto de alta cocina en un segmento todavía mayor, al conseguir un resultado óptimo, con gran jugosidad y una vida útil de hasta cinco meses, y facilitar al cliente su trabajo en casa, con apenas 30 minutos de horno antes de poder ser colocado en la mesa, algo muy apetecible en las cercanas fechas navideñas.

La nueva forma de consumir lechazo tiene como pilar fundamental la localidad palentina de Paredes de Nava y el Gastro Espacio del Ovino (GEO), donde su responsable, Daniel López, señala a la Agencia Ical que se trabaja con “ganaderías de confianza y de garantía”, quienes, de alguna manera, fueron los percusores de este proyecto. Y es que, el origen se remonta al periodo de confinamiento domiciliario de la primera ola y la bajada de ventas de este animal, tras el cierre de la hostelería y la suspensión de los eventos, cenas y banquetes.

 

 

Todo parte de un proyecto de I+D y de un correo electrónico. López explica que, por un lado, la Diputación de Palencia encargó en 2019 al Centro Teconológico de Cereales de Castilla y León (Cetece) una investigación para dar con la formula adecuada y solventar el problema de la hostelería para poder ofrecer en cualquier momento lechazo churro a los visitantes o comensales, sin necesidad de reserva. El resultado, un producto a baja temperatura y listo en media hora, se obtuvo con la entrada del estado de alarma, por lo que su utilidad se paralizó en líneas generales, pero fue usado, a modo de andar por casa, con los ganaderos de la zona para salvar sus churros, dado que el tiempo para el lechazo es vital.

De esa forma, se envió un correo electrónico a los trabajadores del Cetece para utilizar las instalaciones del centro y ayudar a las explotaciones, asando varios churros de un modo familiar y sin obtener beneficios, aclara. El email corrió como la pólvora y, de una manera impensable, se dio a conocer el producto y la fórmula por toda España. Razón por la que, con la nueva normalidad se formalizó la marca Lechazo Asado Premium, con página web propia, a modo de ‘spin-off’, con sede en un antiguo Pósito de Cereal del Siglo XVI cedido por el Ayuntamiento paredeño, el actual Gastro Espacio del Ovino, relata.

 

 

Deja claro que se trabaja con ganaderías de Palencia y, en especial, de Paredes de Nava y Tierra de Campos, donde se aboga por “explotaciones de confianza y de garantía”, sin olvidar que los animales “sean pastoreados”. Es decir, que las madres “salgan a andar y se alimenten de pastos, mientras que los lechazos solo tomen leche materna, pero amamantados y no a través de biberón”. Al final, “más que la raza, que sin duda es importante, lo es la alimentación”. Aspectos conjugados en una economía circular, donde se potencia el kilómetro cero. “Se produce, se mata y se cocina en el mismo lugar”, para potenciar el aspecto local y rural de Paredes de Nava y Tierra de Campos, asevera.

 

Jugosidad y sabor

Con este método se consigue “una larga duración, con una vida útil de hasta cinco meses en refrigeración, y un extra de jugosidad, ya que la baja temperatura aumenta ya de por sí dicha jugosidad”. Este proceso es “poco agresivo”, con ocho horas de duración, donde el lechazo, con unas cantidades “muy reducidas de agua y sal, se cocina en sus propios jugos y sabores”, detalla.

 

 

“Poco a poco, las gelatinas y el colágeno, así como todas sus sustancias naturales se van desprendiendo y mezclando”, por lo que se consigue un lechazo que “no pierde peso, como sucede en el horno tradicional con una merma importante, y en boca es mucho más jugoso”, recalca. Una vez en casa, el producto castellano está encima de la mesa listo para comer en 30 minutos.

El responsable del GEO destaca a Ical que el nombre de ‘Premium’ tiene su origen al apostar por “la calidad y por la búsqueda de la mejor materia prima, al tratarla de una manera especial y con la suma delicadeza que este producto se merece”. Un conjunto de aspectos para obtener un plato “sin nada de artificios y tradicional, pero con un proceso novedoso que aporta una serie de características positivas”, añade.

 

 

Actualmente se trabaja con cuartos, al ser “la unidad emblemática, que va unida a la imagen de la cazuela de barro”. A la hora de exportar el producto fuera de España, apunta que se presentan problemas de logística, dado que solamente el porte del envío es muy superior al precio de cada caja de Lechazo Asado Premium, por no hablar de los 15 días de transporte a ciertos países. De ahí que los pedidos pequeños no sean viables, a fecha actual. No obstante, aclara que el producto palentino está conociendo toda España, con gran aceptación y pedidos por todo el país, apostilla.

 

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