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Los “riñones del planeta”: Una solución para la depuración en los pequeños municipios

El proyecto ‘Aquamundam’ aboga por los humedales artificiales como vía para tratar las aguas residuales de las poblaciones sin recursos para sistemas convencionales

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ICAL Humedal de Flores de Ávila

 

Reproducir de forma artificial los humedales naturales, los denominados “riñones del planeta” por su capacidad para depurar agua a través de los organismos vegetales y animales que acogen, puede erigirse en una solución viable para que los pequeños núcleos de población puedan tratar sus aguas residuales, ante su incapacidad económica para establecer plantas de tratamiento, que son muy costosas. Su creación presenta un precio asumible, no necesitan personal de mantenimiento ni tienen consumo energético, por lo que constituyen una solución ideal que está en estos momento en estudio.

El proyecto ‘Aquamundam’, en el que participan por parte de Castilla y León la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y la Fundación Cartif, junto a otras instituciones de Galicia, mantiene que los humedales artificiales constituirían una buena fórmula para la depuración de las aguas en el caso de los pequeños municipios.

El estudio, que tenía que finalizar este año pero dispondrá de una prórroga hasta 2020, persigue la protección medioambiental a través de la mejora en la gestión del ciclo integral del agua en pequeños y medianos municipios transfronterizos, abordando tanto el abastecimiento como el saneamiento y fomentando un uso racional de este recurso, bien sea a través del desarrollo de metodologías y herramientas, o poniendo en valor soluciones y técnicas ya existentes.

Esta iniciativa europea está pilotada por la Fundación Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), que es quien lleva el mayor peso de la investigación, aunque también Castilla y León aporta su granito de arena a través de la CHD y la Fundación Cartif. Por el momento no es posible hablar de conclusiones, ya que continuará un año más, aunque sí se puede afirmar que los humedales artificiales serían una buena alternativa para la depuración, en especial en los pequeños municipios, porque se trata de una opción “muy económica” y que requiere de “poco mantenimiento”.

El responsable del proyecto en la CHD, Carlos Marcos, reconoció a Ical que los humedales artificiales son “una solución idónea para la depuración de los pequeños municipios” porque suponen inversiones “más pequeñas” que las depuradoras convencionales, y presentan un “bajo” coste de explotación y mantenimiento, ya que necesitan pocos recursos técnicos y humanos, algo que los hace “muy atractivos”, en especial en el caso de los municipios con pocos recursos.

 

Cambio en la depuración

Marcos incidió en que en la cuenca del Duero existe “un déficit de sistemas de depuración, en especial en los pequeños municipios”. Las capitales de provincia y los principales municipios disponen de plantas de tratamiento pero alrededor de la mitad de los municipios pequeños “no tienen sistemas de depuración adecuados”, un aspecto en el que “hay que avanzar mucho”. El principal problema que se presenta en el caso de Castilla y León es que hay muchos municipios y entidades locales menores, por lo que “falta todavía mucho por extender los sistemas de depuración a todos los municipios”, añadió.

Mientras que en el caso de los municipios más grandes “lo más adecuado” es recurrir a sistemas convencionales “muy probados”, en los últimos años se ha detectado “un cambio en la forma de enfocar la depuración de los pequeños municipios”, tanto por parte de la administración y de las poblaciones, que abogan por sistemas no convencionales de bajo coste. “Es una percepción bastante asumida por todos”, declaró Marcos.

El responsable del proyecto en la CHD aclaró que con esto no significa que los sistemas artificiales sean “mejores o peores que los humedales artificiales” pero instó a abordar “cada caso como un caso particular” atendiendo a las condiciones concretas del emplazamiento, el espacio o las características del agua residual porque “hay diferentes alternativas” y cada una tiene “sus ventajas y sus inconvenientes”, concluyó.

 

Piloto en Ávila

La CHD está trabajando en un humedal artificial en Flores de Ávila (Ávila), donde ya se había desarrollado una experiencia previa a través de un programa de cauces, y donde ha sido necesario modernizar y modificar su configuración, aportando diferentes plantas y sustratos. Esta ha sido la “contribución” de la entidad de cuenca a este proyecto.

El responsable del proyecto en el organismo de cuenca explicó a Ical que se ha podido dar “un plus adicional” y es que se entiende que con esos humedales no solo se podría conseguir “una muy buena depuración” en las aguas residuales, de contaminantes “normales”, como es el caso de materia orgánica, pero también de contaminantes emergentes, como el paracetamol o el ibuprofeno, que “en muchos casos acaban en las aguas y tienen un efecto sobre el medio ambiente”, declaró.

Este espacio en la provincia de Ávila se considera clave porque es “relativamente pequeño”, lo que permite un buen control, además de acometer la obra de remodelación del humedal “de acuerdo a las características que pedíamos que tuviera para este proyecto”. A pesar de que se mantiene que sería una buena alternativa para los municipios pequeños, será una experiencia “a nivel demostrativo” desde un punto de vista investigador, que no persigue la construcción de más humedales de estas características en el territorio.

 

Investigadoras

En la misma línea se expresaron las investigadoras de la fundación Cartif inmersas en el proyecto, Teba Torres y Patricia Lozano, quienes confirmaron la prórroga de la investigación, lo que les permitirá continuar con el seguimiento en el humedal. Aunque esta tarea se tenía que haber iniciado la pasada primavera, el escaso crecimiento de las plantas, en especial juncos o espadañas y otras del estilo, la ha retrasado.

Ambas investigadoras también respaldan que estos humedales son “idóneos” para estos pequeños municipios que no tienen grandes sistemas de depuración. “Son humedales muy económicos y que tienen muy poco mantenimiento, además de que su función es natural” porque, dependiendo del tamaño del humedal, una limpieza de las plantas y una reposición suelen ser más que suficientes, explicaron.

En concreto, apostillaron que existe una acción física de absorción en la que algunas bacterias son capaces de eliminar nitrógeno o fósforo, elementos que emplean como nutrientes y que, en el cauce del río son elementos “perjudiciales” para el agua. “Es lo mismo que hace una depuradora en las ciudades, pero se haría a través de las plantas, con la filtración y la depuración”, concluyeron.

 

Diagnósticos en León, Ávila, Valladolid y Zamora

Ambas entidades colaboran también en otra parte del proyecto consistente en un estudio de los servicios del agua en una docena de municipios, cuatro de ellos en Castilla y León, concretamente en Astorga (León), Flores de Ávila (Ávila), Íscar (Valladolid) y Toro (Zamora). Lo que se persigue es determinar cómo es la gestión del agua, los fallos existentes y las necesidades, junto a las posibles mejoras para que se aborde de forma “más correcta y sostenible”.

Desde Cartif, las investigadoras del proyecto insistieron en que se ha detectado que con mayores datos de gestión, en los pequeños municipios se podría mejorar, ya que en la gran mayoría de estos lugares se limitan a las exigencias legislativas. Al respecto, defendieron que sería “útil” disponer de información “a mayores” para trabajar el ahorro de energía o de agua y hacer una gestión “mejor”. Por el momento también se apostilló desde la CHD que no es posible disponer de datos “concluyentes” al respecto.

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