Ricardo Rivero presenta su dimisión como rector de la Universidad de Salamanca

La decisión viene tomada debido a la renovación del Claustro y la necesidad de aprobar estatutos, entre otras cuestiones

El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, presentó este jueves su dimisión en el cargo. Una decisión que viene tomada debido a la renovación del Claustro y la necesidad de aprobar estatutos, entre otras cuestiones. Un proceso que el hasta ahora rector consideró que no debe liderar, debido a que el mandato se agotaría en plena elaboración de los estatutos.

Ricardo Rivero anunció por sorpresa su decisión a los medios, en declaraciones recogidas tras una rueda de prensa ajena al asunto. Asimismo, afirmó haber comunicado su dictamen al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y a la consejera de Educación, Rocío Lucas, dándoles las gracias por seis años y tres meses de “colaboración al cargo”. Asimismo, Rivero reconoció llevar sopesando la decisión varios meses, pero que “cada persona debe saber cuándo llega el momento de entregar el testigo”.

 

David Arranz. / ICAL. Ricardo Rivero presenta su renuncia como rector de la Usal

 

“Soy consciente de que esto que estoy haciendo esta mañana no es muy común”, continuó el ex rector, quien trasladó que “el momento de oportunidad es el actual”. “Sé que esta situación llevará a la perplejidad”, incidió, pero apostó por una transición “muy rápida”, con la previsión de que antes del período de exámenes del segundo cuatrimestre la Universidad ya tenga un nuevo Gobierno. “Los tiempos de transición con márgenes son adecuados porque permiten que alguien se organice, y hacerlo concluyendo un curso académico, y mirando al siguiente curso”, explicó.

Rivero hará efectiva su decisión al final de la mañana, y tras ello, asumirá las funciones la vicerrectora Rodríguez Conde, y dará paso a un proceso de convocación de elecciones para que la comunidad universitaria se pronuncie. A lo largo de esta jornada, el equipo al frente de la Usal se reunirá con “una serie de personas con un compromiso institucional”, entre las que se encuentran representantes de todos los sectores, como representantes de estudiantes o el personal docente e investigador, a quienes agradeció una “excelente tarea”.

 

 

Además, aprovechó su intervención de renuncia para “pedir disculpas por los errores que pueda haber cometido”, así como a las personas que “pudiera haber ofendido” y los posibles errores de sus decisiones. “Es muy difícil hacer todo bien y es muy probable hacer cosas mal”, reconoció en este ejercicio de disculpas del cual que quiso realizar en sus despedidas.

Por otro lado, Ricardo Rivero quiso aclarar las “especulaciones y rumorología” de la comunidad universitaria, que declaró “libres como la opinión”, y señaló que volverá a su despacho como profesor, tarea para la que conserva “toda su energía”. “El tiempo me va a demostrar que van a verme mañana y dentro de un año dedicándome a mis libros. Guarden este pronunciamiento y contrástenlo con mi posición dentro de un año”, desafió.

Cuestionado por los medios sobre qué factor pesó más a la hora de tomar la decisión, Ricardo Rivero afirmó que la composición de un nuevo Claustro obliga a decidir “cuándo y cómo reforma sus estatutos. “Yo creo que no tengo que liderar ese proceso, porque nuestro mandato se agotaría en plena elaboración de los nuevos estatutos, y quien tiene que liderar eso es quien vaya a asumir la gestión de la universidad en el futuro”, matizó.

Asimismo, reconoció tener una “opinión muy crítica sobre la reforma”, mientras que, para realizarla, debe hacerse desde una posición neutral. Ante este “momento de cambio” para la Usal, en el que se deben “tomar decisiones trascendentes para los próximos diez o 15 años, y no para los dos siguientes”, Rivero afirmó que, quien lo haga, “debe contar con todo el respaldo de la comunidad universitaria y presentar un proyecto para que la comunidad decida qué quiere en su futuro”.

 

David Arranz. / ICAL. Ricardo Rivero presenta su renuncia como rector de la Usal

 

Entre los motivos de su renuncia como rector también se encuentra la entrada en vigor de la Ley de Universidades, que debería haber alargado este proceso de dimisión, pero que hubiera provocado prolongar más en el tiempo las decisiones del Claustro.

“Yo ya estoy muy visto”, bromeó Rivero en tono personal, y añadió que “es sano para las instituciones que cambien las caras y las personas, y que vengan aires nuevos” Un proceso que asimiló como “casi un desahogo”. “Estamos todo el día hablando de si hay un afán de perpetuarse en las posiciones, y una oportunidad de hacer las cosas de manera distinta”. Con todo, apostó por un nuevo proyecto que compita presentándose a estas elecciones, y que traerá “ilusión y nuevos bríos” a esta institución.

 

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