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La suerte de la ONCE vuelve a las calles de Palencia

Los 60 vendedores de la organización en Palencia, de un total de 762 repartidos por la Comunidad, cumplen una semana de la vuelta a la normalidad tras el cese temporal de su actividad

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El cupón diario, los rascas o el eurojackpot son algunos de los diversos juegos y sorteos de la ONCE que vuelven a formar parte de la rutina de cientos de ciudadanos de la Comunidad. La crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus y la activación del estado de alarma provocó el cese temporal de la actividad de la organización relativa a los juegos de azar. Un parón que, tras los buenos resultados de la desescalada y con la entrada progresiva en la ‘nueva normalidad’, se ha dado por finalizada.

 

Brágimo / ICAL . María despacha cupones en su kiosko de la avenida Manuel Rivera de Palencia

 

Los 762 vendedores de la ONCE en Castilla y León volvieron a las calles, el pasado lunes, para seguir llevando la ilusión y retomar el contacto con sus clientes en los más de 380 quioscos de la región, con le objetivo de poder ofrecer los productos de lotería de la organización. El regreso se lleva a cabo en función de la normativa vigente del proceso de desescalada aprobada por las autoridades, tras garantizarse las medidas de seguridad para los vendedores y el resto de trabajadores.

Es el caso de la provincia de Palencia, en la que un total de 60 vendedores se han puesto manos a la obra para recuperar la actividad y la atención al público. María de Roa, localizada en el quiosco de la avenida Manuel Rivera, detalla en declaraciones a la Agencia Ical que la aceptación por parte de los ciudadanos “es buena”, con ventas de las diferentes opciones que poseen.

Las medidas higiénicas y sanitarias son uno de los pilares fundamentales que se han implementado en la apertura, tanto para garantizar la seguridad de los clientes como de los propios vendedores. Por ese motivo, puntualiza que cada vez que hay un cliente se desinfecta la zona metálica de contacto con una toallita y un producto virucida. Además, todos ellos atienden al público con mascarilla y guantes, en los que se aplican gel hidroalcohólico con cada despacho. En el caso de que tuvieran que salir fuera de su ubicación, añade que poseen pantallas para mantener la seguridad.

En la misma línea se posiciona el vendedor del quiosco de la ONCE ubicado en la plaza de San Lázaro, José Miguel Puerta, quien señala que se está produciendo una afluencia “más o menos normal, con la visita de la clientela habitual”. Subraya que algunas de las personas que se paran en el quiosco aseguran que “no tenían constancia de la apertura y del funcionamiento de los sorteos con normalidad”. Aun así, hay gente que se acerca con “ciertas reticencias”, al apreciar que “se separan a la hora de hablar por la ventanilla”, pero, en la mayoría de los casos, los palentinos reaccionan sin problemas, comenta.

 

Brágimo / ICAL. José Miguel junto a su perro guía Rolly despacha cupones en su kiosko de la plaza de San Lázaro de Palencia

 

Sorteos y aplazamientos

Mucho otros acuden para comprobar todas las cuestiones pendientes y resolver dudas sobre el funcionamiento de cada juego con la vuelta de la actividad, como es el caso del sorteo del Día del Padre, al ser el más significativo, el cual se paralizó y quedó pendiente de sorteo, con fecha fijada para el 21 de junio. Respecto al resto de sorteos, todos los cupones que “se vendieron de manera anticipada para las fechas a partir del día 15 de marzo, con la entrada en vigor del estado alarma, se dieron como premiados y se ha procedido a la devolución del importe”, explica.

Puerta no está solo en el quiosco, dado que le acompaña su perro guía Rolly, el cual “se había acostumbrado a no trabajar por culpa del confinamiento”, ya que afirma que salía poco con él por la situación excepcional. Por ese motivo, apunta que se ha ayudado mucho de su padre para que se encargara del perro y así el animal pudiera hacer sus necesidades y salir a la calle unos minutos.

No obstante, deja claro que durante el confinamiento “ha salido lo justo” con Rolly, ya sea para hacer alguna compra o algo imprescindible, dado que al ser ciego “no tenía la confianza de que alguien pudiera estornudar o toser delante”. “Las distancias no se marcan igual, con el miedo de que alguna persona pudiera hacer una gracia por la calle”, asevera.

 

Brágimo / ICAL. Javier despacha cupones en el Paseo del Salón de Palencia

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