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Un 5% de los padres aún rechaza vacunar a sus bebés en Castilla y León, una de las diez amenazas sanitarias de la OMS

La Comunidad mantiene tasas elevadas de cobertura de vacunación, pero también se hace eco de modas que están provocando el repunte de enfermedades que se daban por erradicadas

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F. S. / ICAL Calendario de vacunación infantil 2018

 

Todavía un cinco por ciento de los bebés menores de 1 año están sin vacunar en Castilla y León, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas instituciones ratifican que cada año salvan cerca de tres millones de vida, que podrían ser cuatro si se universalizaran. No hay duda de que los programas de vacunación son la mejor manera costo-eficaz de evitar enfermedades y que a lo largo de la historia han contribuido prácticamente a erradicar algunas que han provocado epidemias.

Tal es la preocupación, que la OMS ha incluido en su programa estratégico para los próximos cinco años, 2019- 2023, la reticencia o la negativa a vacunarse como una amenaza que equipara a otros problemas de salud como aumento de las resistencias a los antibióticos, el incremento de enfermedades no transmisibles, como la diabetes, el cáncer y las cardiopatías; la contaminación del aire y el cambio climático; a sombra de una epidemia de gripe, y el virus del Ebola, entre otros.

Pese a esta realidad y a que las coberturas vacunales en Castilla y León son elevadas, los datos revelan que todavía hay un cinco por ciento de bebés que no recibe las vacunas indicadas en los primeros meses de vida, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad a Ical. Las tasas de vacunación de los últimos cinco años arrojan que en 2017 -último año disponible- hubo más de 500 niños menores de 12 meses que no participaron en los programas de primovacunación, 588 de los 16.406 que configuraban la población diana. Este patrón se repitió en 2014, cuando los no vacunados representaron el 4,9 por ciento, cifra que bajó en 2015 y 2016, con un 3,7 por ciento, en cada caso.

A esta situación se une que a medida que los niños crecen, los programas de vacunación bajan sus coberturas, ya que al rechazo y dudas iniciales de algunos padres se suma el olvido de otros. Por poner un ejemplo, en el caso de la vacuna del meningococo que se pauta a los 4 y a los 12 meses se pasa de una cobertura del 96,4 al 94,75 por ciento (según datos de 2017). Lo mismo ocurre con la del neumococo, que si a los 4 meses arroja una cobertura del 95,59 por ciento, al año desciende al 93,39 por ciento; o con la triple vírica, frente al sarampión, rubéola y parotiditis, que si en la administración de la primera dosis a los 12 meses alcanza al 95,85 por ciento de la población diana, a los 3 años llega a un 93 por ciento.

En niños de 6 años, cuando se les vacuna contra el tétanos y la difteria, los porcentajes caen al 91,4 por ciento, y ya en adolescentes bajan a cifras del 87,3 por ciento en el meningococo, y del 84,68 por ciento, en el de la difteria y el tétanos.

 

Repunte del sarampión

Y como consecuencia, frente a la ‘moda’ de no vacunar, repunte de enfermedades, algunas de las cuales se daban por erradicadas en algunos países. El caso más reciente es del del sarampión, con un repunte del 30 por ciento en todo el mundo. La situación en el territorio de Castilla y León no es para alarmarse, pero ya en 2017 se estudiaron seis casos definidos como tal por el Plan Nacional de Eliminación del Sarampión y la Rubéola, cuando desde 2013 no se había notificado ningún caso, según los datos consultados por Ical. El primer caso fue importado de otros país, y los otros cinco fueron secundarios, relacionados con el anterior. Ninguno de los afectados estaba vacunado, y tres eran menores de cinco años. Se quedó en un brote familiar.

En el escenario de la Comunidad, lo cierto es que la incidencia de enfermedades prevenibles por vacunación y de declaración obligatoria se mantiene en niveles similares a la media nacional en los últimos años, como ocurre con las tasas de vacunación. Por ejemplo, en 2017 se notificaron menos casos de enfermedad meningocócica, once, aunque la tasa más elevada fue en menores de cinco años, grupo al que se vacuna a partir de los dos meses. Lo mismo ocurre con la parotiditis -la primera dosis se pone a los 12 meses-, de la que se diagnosticaron 399 casos, 51 menos que en 2016, y de nuevo las tasas más elevadas se dieron en menores de cinco años. También, se observa un descenso importante en la incidencia de la varicela, vinculado a la inclusión de esta vacuna en el calendario oficial, con 66,29 casos por 100.000 habitantes en 2017.

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