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Una llamada a la esperanza

El Teléfono de la Esperanza de León registra un incremento en las llamadas desde que empezó la crisis del Covid-19, todas ellas relacionadas con el miedo, la inseguridad o la soledad

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En estos momentos en los que el país se encuentra en Estado de Alarma y sus ciudadanos confinados en sus hogares, muchas son las personas que tienen que hacer frente a verse completamente solos encerrados en sus casas, una cuestión que puede llegar a afectar psicológicamente más de lo esperado.

Para tratar de ayudar a estas personas, el Teléfono de la Esperanza, decidió al principio del confinamiento trasladar sus servicios a los hogares de los los más de 40 voluntarios que trabajan en la sede de León. Así, mediante tres turnos diarios – mañana, tarde y noche – y con las llamadas desviadas a sus propios teléfonos, el servicio puede continuar con su trabajo.

Desde que empezase el confinamiento de manera oficial el pasado 14 de marzo, el Teléfono de la Esperanza, tal y como apunta su presidenta, Mercedes Martín, ha registrado “un importante incremento en el número de llamadas”, de las que “absolutamente todas ellas están relacionadas con el Coronavirus”.

Personas “de todo tipo de clase y condición” a las que “la ansiedad las está agitando” y que trasladan a los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, cuestiones como “el miedo, la soledad, el no poder salir, el cómo gestionar sus emociones, o la inseguridad de saber si les va a pasar a ellos o si se enfermarán”.

Estas llamadas, que “en el caso de que la centralita de León esté ocupada se desvía a otra de las 29 sedes repartidas por toda España para poder ser atendidas”, suelen tener una duración de 15 o 20 minutos, “aunque si se percibe que la gente está muy mal o está llorando pueden durar más tiempo”, en los que los voluntarios escuchan los miedos y temores de los usuarios, “especialmente por las noches, que es cuando más llamadas se reciben, así como al mediodía”.

Además, Mercedes Martín destaca que el Teléfono de la Esperanza de León existe un proyecto destinado a las personas mayores de 65 años, “principalmente que vivan solos”, a los que en estos momentos de confinamiento se les llama cada dos días “para ver cómo lo llevan, cómo están o qué necesitan”.

Este proyecto, en el que se atiende a unas 90 personas, de manera usual gestiona una llamada semanal, así como reuniones en la sede del Teléfono de la Esperanza en las que “distintos profesionales imparten charlas sobre la hipertensión, diabetes, cómo tratar a la persona cuando tiene un problema de corazón, la autoestima o el perdón, entre todos asuntos”.

 

Campillo / ICAL. La directora del Teléfono de la Esperanza de León, Mercedes Martínez

 

No obstante, durante esta situación de crisis sanitaria y confinamiento, el Teléfono de la Esperanza ha querido dar un paso más y poner en marcha el programa ‘Comparte vida’ para hacer frente al aislamiento. Tal y como detalla Martín, mediante este programa se pone en marcha un servicio de atención, asesoramiento e intervención profesional prestado por psicólogos, psiquiátricas, sanitarios y médicos colegiados.

Para acceder al programa ‘Comparte vida’, “hay que enterar por internet en la página web www.compartevida.es, donde rellenarán un formulario y los expertos les llamarán directamente en 48 horas, de manera que tendrán una llamada al día de 50 minutos de duración para que no se sientan tan desamparados ante el Coronavirus”.

Sin embargo, a pesar de todo ello, Mercedes Martín lamenta que no se pueda incrementar el número de voluntarios en estos momentos de crisis, ya que “para ser voluntarios y hacer la atención telefónica, se necesitan cuatro cursos que se hacen cada trimestre, por lo que la formación total tiene un año de duración”, de manera que “el segundo curso de este año, que empezaba ahora en abril, ha tenido que se aplazado, a pesar de que 12 personas hicieran ya el primero”.

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