“La celebración de los 38 Premios Goya en Valladolid es un buen negocio para la ciudad”. Categórico, el gerente de la Sociedad Mixta para la Promoción del Turismo de Valladolid, Juanma Guimerans, resumió el balance del evento realizado hoy por el alcalde, Jesús Julio Carnero, y el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, que presentaron diversos estudios al respecto y calificaron la celebración como “un éxito objetivo”. En ese sentido, un informe encargado por el Consistorio a la Cámara de Valladolid cifra en casi diez millones de euros el retorno económico en la ciudad, mientras que otro encargado por la Academia a la agencia de ‘clipping’ Auditmedia estima en 70 millones de euros el coste que hubiera tenido contratar en publicidad los impactos generados por el evento en prensa escrita, radio, televisión y medios digitales.
Para Carnero, estas cifras prueban que “cuando Valladolid actúa de forma unida es imbatible”. El alcalde calificó de “irregularidad muy grave” que la anterior corporación municipal no hubiera dejado consignada ninguna asignación presupuestaria a un evento al cual se había comprometido por escrito con la Academia en marzo del año anterior, y apuntó que el equipo de Gobierno va a trabajar para que en el futuro los Goya regresen a orillas del Pisuerga, y que, cuando lo hagan, cuenten con “un espacio definitivo” para albergar celebraciones de este tipo. “La creación de un palacio de congresos en Valladolid es un espacio históricamente demandado. Tenemos que ver cómo somos capaces de articular un lugar que pueda acoger eventos multitudinarios. El dónde está claro: debe ser en la institución ferial; el cómo hay que analizarlo, de acuerdo con las necesidades y capacidades económicas que tenemos”, explicó.
El alcalde recordó la inversión realizado para acoger la gala del 10 de febrero, que ascendió a 7.080.000 euros (3 de canon de la Academia, y el resto en la construcción de la infraestructura levantada en el recinto ferial, así como en la organización de las actividades previas). De la inversión total, 1,5 millones fueron aportados por la Junta de Castilla y León, y el resto por el Consistorio. Él desgranó también el retorno económico en la ciudad, cercano a los 10 millones (sin contar los efectos en la provincia o en aspectos como empleo o fiscalidad) y repartido entre 910.000 euros de impacto directo, casi 3,5 millones de impacto indirecto y más de 5,5 millones de impacto inducido. “El impacto real ha sido mucho mayor, porque el informe de la Cámara se limita al término municipal de Valladolid”, advirtió Guimerans al precisar los datos.
Por su parte, el vicepresidente primero de la Academia de Cine, Rafael Portela, fue el encargado de desgranar el informe del impacto mediático realizado por Auditmedia, que ascendió a 70 millones de euros (7 más que la edición del año anterior, celebrada en Sevilla). Así, en declaraciones recogidas por Ical explicó que de esa cifra 14,4 millones corresponden al impacto en prensa escrita (con 3.146 artículos y reportajes de los Goya en Valladolid y 33 millones de lectores); 7 millones a la presencia en radios (528 programas y más de veinte horas de emisión); 11,4 millones en televisiones (con 474 programas); y 37,1 millones en medios digitales (con 11.000 impactos).
Además, según apuntó encargaron otro estudio, para analizar exclusivamente la presencia del logotipo del Ayuntamiento de Valladolid en el photocall y en otras publicaciones relacionadas con la gala, según el cual se lograron cerca de 2.300 impactos en los medios con esa imagen, algo que valoran en 17,7 millones de euros. “El Ayuntamiento ha calculado el impacto económico, la Academia el impacto mediático, pero también se podrían analizar otro tipo de impactos, como el fiscal, el ambiental o el social, porque un evento de estas características engloba diferentes dimensiones”, apuntó el responsable del estudio de la Cámara de Valladolid, Noé Abejón.
En su intervención, el presidente de la Academia aseguró que desde la celebración de la gala en febrero no ha recibido más que “felicitaciones de todo tipo” de los profesionales de la industria del cine español, algo que ha podido constatar en la reciente edición del Festival de Málaga. Para ello, aseguró que “fue fundamental la implicación del Ayuntamiento de la ciudad”. Méndez Leite apuntó que “las actividades previas fueron un éxito enorme y quedan en el recuerdo de la ciudadanía”, y aludió a la difusión internacional que han tenido ‘La sociedad de la nieve’ (la gran triunfadora, con doce estatuillas) y la entrega del Goya Internacional a Sigourney Weaver, junto a momentos como la celebración del 25 aniversario del estreno de ‘Todo sobre mi madre’, de Pedro Almodóvar, como algunos de los “momentos inolvidables que dejó una ceremonia que quedará en nuestra memoria y que el público vallisoletano sintió cerca”. “Es muy emocionante ver lo que se hizo a partir de la nada. Tuvimos fe en ellos y en un proyecto muy bien construido por parte del equipo del Ayuntamiento”, aseguró.
Un camino largo y arduo
Sobre el camino recorrido juntos hasta la celebración del evento, Méndez-Leite recordó la primera reunión que mantuvieron los representantes de la Academia con la nueva corporación municipal tras la toma de posesión a mediados de junio de 2023. “En la Academia somos muy exigentes con las necesidades de la gala, porque tenemos una experiencia previa en los requisitos de aforo del recinto. Ahí no podíamos ceder un mínimo, porque incluso este año y el anterior en Sevilla se nos hizo corta la previsión. El alcalde no lo tenía claro cuando nos reunimos por primera vez, nos miramos, nos hablamos y nos intentamos convencer de nuestros respectivos intereses, que en ese emoticono estaban distanciados. Poco a poco las argumentaciones se fueron acercando, y el alcalde en un momento dado dijo: ‘Vamos a ello’. Se valoraron las cosas y tomó una decisión muy arriesgada, porque suponía partir desde cero en la construcción del recinto y una inversión muy fuerte, eso sí, con las garantías de que si las cosas iban bien el resultado sería positivo para las dos instituciones. Me asombra muchísimo que de aquello saliera lo que salió. El resultado dejó a todo el mundo muy perplejo”, resumió.
Al respecto, Carnero explicó que en ese primer contacto plantearon la posibilidad de que el Centro Cultural Miguel Delibes acogiera el evento, si bien “no tenía espacio suficiente”. “La decisión estaba tomada pero no estaba consignada presupuestariamente. No se habían hecho correctamente las cosas, pero decidimos tirar para adelante, y gracias al trabajo de la Concejalía y de la institución ferial lo sacamos adelante”, concluyó.
Tras meses de planificación, jurídica y técnica, y “un impecable trabajo de contratación” en poco más de un mes más de 250 operarios transformaron la práctica totalidad del recinto de la Feria de Valladolid. El equipo de profesionales creó el auditorio de la ceremonia dentro una superficie de 9.000 metros cuadrados, con un escenario de 25 metros, 2.762 butacas, 25 camerinos y 8 salas de espera. También construyó una inmensa sala para celebrar un evento festivo y gastronómico para más de 3.200 personas y 4 salas de atención de invitados con 310 metros cuadrados cada una.