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‘Velay’, un trabajo imaginario sobre localismos en Horcajo de las Torres

José María Rodríguez, junto a la ilustradora Cristina Conde, presentan un libro de relatos que pone en valor los recuerdos, aunque también hay alguna crítica velada, del municipio abulense

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David Castro / ICAL José María Rodríguez, junto a la ilustradora Cristina Conde, presentan un libro de relatos del municipio abulense de Horcajo de las Torres.

 

El origen de ‘Velay’ hay que buscarlo en la presentación de otro libro hace un año y que se titulaba ‘Rosas y Prendas’. En ambos casos son dos localismos con los que se pretenden poner en valor la cultura peculiar y particular de los pueblos, en este caso de Horcajo de las Torres, en la provincia de Ávila. El libro ha sido elaborado por dos autores horcajareños, Pilar Conde y José María Rodríguez, mientras que Cristina Conde aporta las ilustraciones, además del diseño de la portada y de la edición.

José María Rodríguez define ‘Velay’ como “un alegato en favor de la pervivencia del mundo rural y a la vez utilizando algunos relatos que autocalifico de sátira irónica, pues ponen de manifiesto la contradicción que tienen nuestras autoridades políticas, cuando predican una forma de pervivencia en el mundo rural, pero sus actuaciones van justamente en sentido contrario”. Rodríguez reconoce que también hay alguna finalidad más como poner en valor los recuerdos y, sobre todo, algo que considera esencial, como es el valor de la fantasía.

Pero en ‘Velay’ también hay relatos fantásticos fruto de la imaginación. Así, se incorpora alguna narración que es pura divulgación, como es el caso de un trabajo sobre la concentración parcelaria o sobre la actuación de las fiscalía de tasas en los años de la postguerra. “Es un collage, pero también es una crítica entre líneas a las autoridades. Cualquier persona que lea estos relatos entenderá la difícil pervivencia en estos pueblos por la propia infraestructura de los mismos y por la supresión de los servicios básicos. Esto es importantísimo fijar población, y para ello es imprescindible facilitar estímulos a la mujer rural. Y en los pueblos pequeños estamos viendo poco de estas actuaciones”.

Hay una línea común a los tres autores: “reivindicar lo nuestro; poner en valor lo que supone la memoria de años anteriores; luchar por ese futuro y, sobre todo, dejar patente el cariño que tenemos por nuestro pueblo”.

La elaboración del libro, que ha sido autoeditado, ha sido algo exprés, reconoce Rodríguez, quien manifestó que “a modo de curiosidad tengo que decir que a Pilar no la conocía hace un año. Fue ponernos en contacto, empezar a hablar del proyecto, y en unos meses estar lista la publicación”.

José María no descarta la redacción de un tercer libro. “Mientras haya personas vivas en los pueblos y podamos contactar con ellas, lo podremos hacer. Cada persona atesora un montón de historias interesantes, que enriquecen muchísimo la memoria de las generaciones posteriores. Materia prima hay, y ganas también. Veremos a ver cómo se desarrollan las cosas”, sostiene José Luis Rodríguez.

Las historia de los cuentos fantásticos que se presentan en esta nueva publicación están centradas en Horcajo. Los personajes son de este pueblo morañego, pero las actuaciones pudieran darse en cualquiera de los municipios del entorno.

 

Ilustraciones

La ilustradora Cristina Conde reconoce que con los dibujos ha pretendido homenajear a las mujeres mayores de este pueblo. “A mujeres de cierta edad, que han vivido su infancia durante la posguerra. Son mujeres que no tuvieron oportunidad de estudiar ni de formarse. Mujeres que estuvieron trabajando para sus familias de una manera paciente y anónima. Solo tenían el objetivo de cuidar de los suyos y sacar adelante a sus hijos. Me parecía muy interesante hacerles este homenaje porque es una generación que se está perdiendo. Son ya muy mayores. He buscado mujeres de más de 80 años”.

Pidió su colaboración haciéndoles fotos de sus manos para, a partir de ahí, realizar los dibujos a lápiz, que son las ilustraciones que aparecen en el libro. Son dibujos de manos a lápiz haciendo trabajos y sus labores cotidianas. “Esas arrugas, esa textura de las manos reflejan muy bien el paso del tiempo y aquel trabajo que han desarrollado. En las manos está el reflejo de su trabajo cotidiano en casa”, asevera.

La relación y el punto de conexión de los dibujos con los relatos está en el contexto. “Son mujeres de Horcajo; las historias que cuentan José María y Pilar. Son historias inspiradas en Horcajo. Los dibujos son también mujeres de Horcajo. La relación está en el mismo contexto y en el lugar”, dice.

En relación a las dificultades que ha encontrado en los dos libros que ha ilustrado, ‘Rosas y Prendas’ y ‘Velay’, Cristina Conde reconoce que siempre ha buscado las cosas que le interesaban. Así en el libro anterior se centró en la naturaleza, en la labor de los árboles en la naturaleza. En esta ocasión ha cambiado de registro y se ha centrado en personas, en las mujeres. “Son temas que me interesan y me gusta sacarlos a la luz”, señala la ilustradora.

Cristina Conde, que es profesora de dibujo y artes plásticas en Educación secundaria en un instituto de Burgos, reconoce que su tarea como ilustradora ha sido ardua. “Mi trabajo tiene dos partes: una primera de relación con estas mujeres que me han servido de modelo, porque he tenido que hablar con ellas, hacerles fotos, adaptándome a ellas y a su vida cotidiana. También he tenido una segunda parte de una labor más personal y solitaria que fue la realización de los dibujos a partir de las fotos que había hecho a las mujeres”.

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